Las clases de apoyo escolar en las asignaturas de ciencias en Inglés a la Carta tienen un máximo de 4 alumnos, esto es debido a que los alumnos presentan diferencias individuales y diferentes estilos y ritmos de aprendizaje, de esta forma nos aseguramos el poder prestar una atención más personalizada a cada uno de ellos.
En Inglés a la Carta, cada alumno sigue el temario que le imparten en su colegio, apoyándose en su propio libro y complementándolo con material que aporta nuestro profesor, acorde a las necesidades de cada alumno. Así mismo y para lograr una mejor asimilación de los conceptos, en los casos en que nuestro profesor lo considere necesario, se dan “tareas para casa”, con el consentimiento de los padres y de los propios alumnos.
Uno de los principios fundamentales de la metodología de Inglés a la Carta, es el trabajo mediante la interacción de los alumnos en pequeños grupos. Los estudiantes intercambian opiniones, se escuchan entre ellos, se ayudan para realizar actividades en conjunto. Cada uno de los integrantes del grupo cumple diferentes roles, los cuales deben ser rotatorios para que cada uno de ellos, en algún momento cumpla los diferentes roles en el grupo. Esta rotación ayuda a tener un panorama completo de cada una de las funciones que se debe cumplir cuando se trabaja en equipo. Esto se consigue limitando el número máximo de alumnos por aula.
El hecho de que los grupos sean tan reducidos fomenta la participación de los alumnos en el ritmo de las clases, siendo para ellos mucho más sencillo el dirigirse al profesor y poder preguntar dudas sin miedos o vergüenzas.
En las clases de apoyo escolar de Inglés a la carta se intenta que los alumnos sean del mismo curso o de ciclos formativos similares, de este modo, una duda que pueda ser planteada por uno de nuestros alumnos, al ser resuelta por el profesor puede servir como respuesta al resto de compañeros.
El objetivo de las clases de apoyo escolar es que el alumno pierda el miedo a la asignatura, adquiera los conocimientos necesarios y sea capaz por sus propios medios de superar los exámenes y las pruebas marcadas en los distintos colegios. Se intenta que el estudiante comprenda el significado, la utilidad de las matemáticas y las ciencias en su vida real y futura vida profesional.
Las clases de apoyo escolar se imparten desde los ciclos de primaria, hasta bachiller ya que todas las capacidades de aprendizaje necesitan hacer conexiones, es decir el aprendizaje es acumulativo. Generalmente el alumno no retiene informaciones aisladas ni tampoco procesa información sin significado, es decir, hace conexiones y establece relaciones y se da cuenta de lo que sabe y de lo que no sabe, por eso la importancia de hacer con ellos un seguimiento desde los ciclos iniciales.